LEYENDA DEL ORINOCO Y EL CARONÍ

Cuenta la historia que Orinoco (hombre) y Caroní (mujer) se enamoraron, el amor es tan antiguo como el deseo y ninguno de los dos pudieron evitar no hacerlo. Era un amor prohibido, ellos no tenían la culpa de haber nacido en lugares diferentes pero sus corazones latían de emoción, cuando a través del viento se acariciaban. A veces el destino es travieso y no tiene piedad con sus presas. Eran de etnias rivales y desde tiempos inmemoriales, vivían enfrentados. Desde su nacimiento habían protagonizado épicas batallas entre titanes pero estas luchas sólo habían servido para afianzar aún más su afecto. Los amantes intentaron por todos los medios formalizar su relación, pelearon contra viento y marea, obteniendo siempre un no por respuesta. Los dioses por su parte, no podía dejar que este amor fluctuase, articulando diferentes tretas para separar a la pareja. A través de aduladores afluentes intentaron seducir a Caroní, rendidos a sus pies por la belleza de su grandioso caudal. Pero ella nunca sucumbió, sus sentimientos permanecian intactos por su gran amado. La pareja no flaqueó y una noche después de besarse apasionadamente entre burbujas de agua dulce, decidieron escaparse. El Océano Atlántico, fiel compinche de la pareja les procuró escapatoria a través de sus corrientes oceánicas y se unieron en matrimonio para siempre. 

Cuando Orinoco está sofocado de calor, Caroní le sopla el viento para refrescarlo y cuando Caroní tiene mucho frío entonces este le procura calor. Se complementan, se respetan, se cuidan y se protegen, ambos se necesitan. Esta es la verdadera belleza de la naturaleza, que tarde o temprano, siempre consigue lo que se propone y no puedes hacer nada contra ella. 

Esta bonita leyenda venezolana, conmemora la confluencia entre el Río Orinoco (El tercer río más caudaloso del mundo y primero de Venezuela) y el Río Caroní ( El segundo río más importante de Venezuela). Ambos Ríos protagonizan una espectacular batalla por unirse, recorriendo varios kilómetros hasta desembocar juntos en el Océano Atlántico. Este fenómeno tiene lugar en Ciudad Guayana (Estado de Bolívar) y lo puedes
observar desde el puente Angosturita. La diferente composición química de cada río, hace posible la diferenciación entre el color de las aguas cuando se juntan, lo que provoca un verdadero espectáculo.

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